El miércoles 12 de enero, un fallo informático afectó el sistema de Notificaciones a Misiones Aéreas (NOTAM) en Estados Unidos, causando cancelaciones y retrasos masivos en todo el país. El sistema NOTAM es responsable de alertar a los pilotos y al personal de vuelo sobre posibles riesgos en las rutas de vuelo, cambios en servicios y procedimientos en las instalaciones aeroportuarias. Sin embargo, debido al fallo informático, el sistema no pudo actualizar la información y los pilotos no recibieron la información relevante de los aeropuertos.
La Administración Federal de Aviación (FAA) tomó medidas inmediatas al ordenar la paralización de todas las salidas de vuelos hasta las 9 de la mañana mientras trataban de recuperar los sistemas. Aunque el sistema volvió a funcionar normalmente cerca de las 9.00 am, los retrasos y cancelaciones continuaron durante el día.
Según la FAA, más de 1.300 vuelos fueron cancelados y unos 10.000 se retrasaron. Los aeropuertos de Atlanta y Newark fueron los primeros en retomar los despegues.
Este fallo informático es solo uno de los problemas recientes en la industria de la aviación en Estados Unidos, que incluye mal tiempo y otros fallos. Aunque estos problemas son incómodos y causan inconvenientes a los pasajeros, es importante recordar que la FAA está trabajando para garantizar que estos problemas no vuelvan a ocurrir en el futuro.
En este caso, es importante que sepas que tienes derecho a una compensación económica, dependiendo de las circunstancias. Sin embargo, también es importante tener en cuenta que las compañías aéreas no están obligadas a proporcionar compensación si el retraso o cancelación es causado por un evento fuera de su control, como un fallo informático.
En este caso de verte afectad@ por una circunstancia de estas características en Europa, deberás contactar a la aerolínea y solicitar una reubicación en el próximo vuelo disponible o un reembolso del billete. Si no estás satisfech@ con la respuesta de la aerolínea, puedes contar con ReclamaTravel para presentar una reclamación a la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) o a la Comisión Europea de Transporte. Además, es importante mantener registro de todas las comunicaciones con la aerolínea y anotar cualquier gasto adicional incurrido como resultado del retraso o cancelación del vuelo.