Volver a viajar

volver a viajar

Es hora de volver a viajar…sí, ya es hora de retomar poco a poco nuestras vidas, nuestras rutinas, nuestros quehaceres…Con todas las precauciones pero evitando el miedo; con seguridad y conciencia y con mucha empatía.

Porque ahora más que nunca toca reencontrarnos con nuestro entorno. Con nuestra familia, con los comercios que solíamos frecuentar, con los bares, las terrazas, ese restaurante en el que nos gusta celebrar…

Y todo esto pasa justo a las puertas del verano. De un mes de junio raro pero caluroso, que proclama su llegada con pasos de a quince días en cambios de fase sin compás que van aconteciendo de forma irregular por nuestra geografía. Pero llegar, llega, como cada 21 de junio a su cita con nosotros.

En este momento de no saber qué será, las ganas de descanso son mayores que nunca. Descanso mental quizás, aderezado con el agotamiento que produce la mascarilla, el lavado constante de manos y el quitarnos de enmedio cuando alguien nos quiere abrazar. Porque, seamos realistas: todo esto, agota.

Aunque en un primer momento no veíamos el momento de salir de esta, parece que poco a poco se atisba la posibilidad de disfrutar de esos días de escape. De vacaciones. Así, en grande, que este año son superiores las ganas a cualquier otro momento. Y parece que se habla de ello ya, y parece que va en serio.

Así que venga: pongámonos en marcha. Organicemos el verano como esos otros veranos aunque sea de forma más precipitada. Pongámonos las pilas y decidámonos a salir, a respirar, a llenarnos de vida y de energía para afrontar lo que venga después. Decidámonos a volver a viajar. Tenemos una geografía maravillosa que nos ofrece rincones espectaculares: costa, montaña, ¡lo que nos apetezca! Dejemos a un lado el miedo a movernos, a viajar y disfrutemos de esos días de descanso.

Volver ayudando.

Porque además saliendo ayudamos a la reactivación de la economía. Ayudaremos a esa agencia de viajes encargándole nuestro plan de vacaciones. Ellos, que son verdaderos gestores, estarán ahí para hacer que nuestros días sean verdaderamente provechosos.

Ayudaremos a esos bares, chiringuitos, restaurantes, posadas, hoteles, alojamientos rurales…a salir poco a poco del agujero en el que se han visto confinados con el cierre de sus instalaciones.

Esos pequeños comercios locales nos verán traspasar sus puertas y estarán agradecidos de saber que poco a poco podrán salir adelante y subsistir con ese proyecto en el que han puesto todo su empeño.

Pensemos en cada uno de los casos que nos rodea y empaticemos. Y de esa forma comprobaremos el alcance de nuestra decisión de volver a viajar.

Nosotros volveremos con energía renovada y estaremos ayudando a poner poco a poco de nuevo en marcha los motores de nuestra economía.

Elegir la forma de transporte dependerá del destino que queramos visitar, obviamente. Pero seguramente nos preguntaremos ¿en qué condiciones podré volver a viajar en un medio público? Sin duda los protocolos cambian y la forma de abordar un embarque o cualquier acceso a transporte regular modificará nuestros hábitos. A todo habremos de acostumbrarnos y seguro que no será tan complicado. Recuerda cuando nos obligaron a llevar los líquidos en bolsas transparentes; cuando de repente los controles de seguridad en aeropuerto pasaban de ser laxos y rápidos a todo un proceso de exhaustiva inspección de atuendos; de cuando de pronto los zapatos sobraban y cualquier resquicio de quien sabe qué químico de nuestra ropa empezó a hacer brillar la luz ultravioleta de los servicios de seguridad, ralentizando nuestro acceso a la sala de embarque. A todo nos podemos acostumbrar menos al hecho de no volver a viajar

¿Y Tú? ¿Te has decidido ya a volver a viajar? Cuéntanoslo.

Feliz verano ☀️ Felices Vacaciones.

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